formas:El sentido más simple y probablemente originario de la palabra forma hace referencia a la
figura espacial de los
cuerpos materiales sólidos.
Pero la peculiaridad del término consiste en la
abstracción que hacemos al prescindir de la
materia de las cosas y considerar la figura en sí misma como algo independiente, es decir, como forma.
Así clasificamos los objetos según sus formas abstractas,
cuadrados,
círculos,
esferas, etc. agrupándolos por lo que tienen de común sin tener en cuenta la materia o contenido que los diferencia.
Desde antiguo se encontraron las propiedades que atañen a las cosas en cuanto figuras espaciales naciendo la
geometría como
ciencia con carácter
necesario, es decir de
conocimiento conforme a
leyes y
principios generales.
En la
filosofía griega este aspecto de abstracción o separación de lo material tuvo especial relevancia y ha constituido uno de los pilares de la tradición del pensamiento filosófico en lo que respecta a la
comprensión y
explicación de la realidad de las cosas.
Pitágoras, por ejemplo, a partir de las formas geométricas y sus relaciones numéricas, pensó que la forma
esencial de las cosas era el
número.
Por medio de la
abstracción se justifica la capacidad del conocimiento para prescindir de lo sensible y establecer un principio
formal o “modo de ver las cosas intelectualmente” mediante el
entendimiento: la
idea, el
concepto o
esencia de las cosas.
La materia viene a ser lo que todas las cosas tienen en común, lo indiferenciado, lo que en realidad no es nada, pues son las formas lo que constituyen la realidad en sus diversos grados de determinación como
sustancias y
accidentes. La
forma sustancial se convierte así en la verdadera realidad de las cosas, la
esencia que las diferencia de las demás, al mismo tiempo que las hace semejantes a las que participan de la misma forma o naturaleza. Las
formas accidentales, por el contrario, individualizan a cada uno de los seres concretos en su situación en el mundo material y sensible.
Las cosas encuentran su verdad, su verdadera realidad en la forma que se convierte, de este modo, en el objeto de la investigación y conocimiento científico, así como principio de la reflexión filosófica.
Asimismo lo
formal adquiere, respecto al conocimiento y el arte, el sentido de "el punto de vista", el "enfoque" o lo que da
sentido al
discurso o la obra, con independencia del contenido o materia del mismo.
De aquí que destacamos tres maneras diferenciadas de tratamiento del concepto de forma:
Como figura geométrica o espacial
Como principio filosófico general constitutivo de lo real
Como formalidad o punto de vista del conocimiento